La fibromialgia es un trastorno que causa dolores musculares y fatiga (cansancio). Las personas con fibromialgia tienen dolor y sensibilidad en todo el cuerpo, pueden también tener otros síntomas, tales como:
· Dificultad para dormir
· Rigidez por la mañana
· Dolores de cabeza
- Periodos menstruales dolorosos
- Sensación de hormigueo o adormecimiento en las manos y los pies
- Falta de memoria o dificultad para concentrarse (a estos lapsos de memoria a veces se les llama “fibroneblina”).
Los científicos estiman que la fibromialgia afecta a 5 millones de personas de 18 años de edad o mayores en los Estados Unidos. Entre el 80 y 90 por ciento de las personas a las que les diagnostican fibromialgia son mujeres. Sin embargo, los hombres y los niños también pueden tener el trastorno. La mayoría de los casos se diagnostican a una edad madura. La fibromialgia se diagnostica más frecuentemente en individuos que padecen ciertas enfermedades. Estas enfermedades incluyen
- Artritis reumatoide
- Lupus eritematoso sistémico (comúnmente llamado lupus)
- Espondilitis anquilosante (artritis espinal).
Las mujeres que tienen a un familiar con fibromialgia tienen mayor predisposición a padecer de fibromialgia también.
¿Cuál es la causa?
Es desconocida. Se cree que los síntomas de esta enfermedad son debidos a la disminución de las sustancias que habitualmente regulan la sensación de dolor, en especial la Serotonina.
Esta disminución produce un trastorno en la percepción, transmisión y modulación del estímulo doloroso, bajando el umbral de percepción del mismo. Los mecanismos de regulación del dolor quedarían alterados al añadirse factores agravantes como el estrés, el cansancio y las alteraciones del sueño.
No se ha detectado ninguna alteración orgánica objetiva que permita explicar la base física de este trastorno.
¿Se puede curar?
La FIBROMIALGIA es una enfermedad sin peligro para la vida, aunque no tiene un tratamiento curativo. Sin embargo se pueden mejorar muchos de sus síntomas. Es necesario aprender a conocer los factores que mejoran o empeoran la salud.
Tratamiento
Actualmente no se dispone de un tratamiento curativo para la FIBROMIALGIA.
El objetivo es, hoy por hoy, aliviar los síntomas y la adaptación del enfermo.
El médico y el paciente tienen que desarrollar un programa adaptado al enfermo sindividualmente.
La terapia incluye los antiinflamatorios y analgésicos, los reguladores del sueño y las terapias conductuales-cognitivas.
El control del dolor tiene un papel muy relevante en el nivel de calidad de vida.
Si usted está diagnosticado de fibromialgia y se pregunta qué debe comer. Sucede que con esta enfermedad, el cuerpo sufre dolores intensos en los músculos, huesos y se verifica un cansancio mayor al habitual.
Las zonas de mayor dolor pueden ser el cuello, la espalda, los hombros, los brazos, la cadera y las piernas. Puede haber distorsión del sueño, rigidez al despertarse a la mañana, dolores de cabeza, hormigueo en piernas y manos. Dificultad para recordar y en la concentración.
La alimentación adecuada
• En todos los casos, para lograr un buen equilibrio físico y mental, y en las diferentes patologías, se deberá variar la alimentación para obtener la mayor cantidad de vitaminas, minerales, fibra y ácidos grasos y de esa manera mejorar la salud. Sería beneficioso llevar a cabo una alimentación orgánica, sin productos químicos que pudieran reducir el valor nutritivo de los alimentos por ausencia de vitaminas y minerales.
• Realizar no más de 4 comidas diarias. Esto hace que mantenga el metabolismo activo, como así también los niveles de energía.
• Prescindir de comidas azucaradas.
• Las proteínas animales (leche y yogur descremados, quesos compactos magros), carnes rojas y blancas magras deben figurar en el plan semanal. No obstante, no conviene consumir demasiados alimentos de origen animal, porque pueden incrementar la posibilidad de inflamación.
• Consumir más pescado que carnes rojas. El pescado azul aporta ácidos esenciales Omega-3, sumamente necesarios para mantener un buen estado de salud. El arenque, el atún, el salmón, la trucha y la caballa son las variedades más ricas en estos ácidos.
• Evitar las carnes muy fibrosas o duras. Optar por aquellas que se puedan cortar sin cuchillo.
• Incorporar semanalmente los siguientes ácidos grasos esenciales.
Omega 6: aceites de canola, uva, maíz, oliva y soja (en crudo), en la mayoría de las semillas (fundamentalmente, de sésamo), en los granos y sus derivados, y en el germen de trigo y las nueces. Suelen estar acompañadas de vitamina E.
Omega 3: las de origen vegetal se encuentran en las legumbres (principalmente, la soja), las semillas de lino y en las frutas secas. Las de origen animal provienen de los pescados (sobre todo, los azules) y los mariscos.
• Incluir vegetales y frutas de todos los colores, especialmente que contengan magnesio (verdolaga, espinacas, lechuga, espárragos), selenio (cebolla, ajo, coles, pepino, calabaza, naranja y manzana), que puede ayudar a disminuir la sensación de dolor, y silicio (perejil, ortigas). Resulta muy adecuada la ingesta de sopa de ortiga o, también, la ingesta de nueces, que ayudan a mantener los músculos y los tendones en buen estado. Realizar guisos simples, sin muchos condimentos.
• Incluir vegetales y frutas de todos los colores, especialmente que contengan magnesio (verdolaga, espinacas, lechuga, espárragos), selenio (cebolla, ajo, coles, pepino, calabaza, naranja y manzana), que puede ayudar a disminuir la sensación de dolor, y silicio (perejil, ortigas). Resulta muy adecuada la ingesta de sopa de ortiga o, también, la ingesta de nueces, que ayudan a mantener los músculos y los tendones en buen estado. Realizar guisos simples, sin muchos condimentos.
• Beber 1 un litro y medio de líquidos a diario aunque no tenga sed, preferentemente agua.
• La medicación empleada para aliviar los síntomas de esta enfermedad, puede ocasionar sequedad bucal, por eso también es sumamente importante que cada diez o quince minutos tome pequeños sorbos de agua.
• Evitar las bebidas que contengan cafeína o las alcohólicas, y la automedicación. Esto haría que se pueda tener fuertes subidas y bajadas de los niveles energéticos.
• Reducir el consumo de sal; en cantidades excesivas provoca edema e hinchazón.
• Limitar el consumo de comidas procesadas, ya que son muy ricas en sodio.
• Prestar atención a las intolerancias alimentarias y a las reacciones alérgicas.
Espero sea de utilidad amigas, con cariño
Xòchitl Moreno U