Cuando acudimos al médico con algún familiar por algún padecimiento, lo menos que nos imaginamos es que nos den un diagnostico drástico, sin embargo, así sucede en algunos casos y te enfrentas al dilema se lo digo o no se lo digo.
Me he encontrado en consulta con algunas personas que prefieren no decirle nada a sus familiares pues consideran que eso los puede desmoralizar y no tener el ímpetu de disfrutar sus últimos momentos. Esto es justo a lo que en Tanatología se le llama Conspiración del Silencio.
Es el acuerdo al que llega el profesional de la salud con la familia del enfermo a efecto de cambiar la información al paciente con la finalidad de ocultarle el diagnostico y pronóstico real de su salud, sin embargo, no se considera conspiración de silencio cuando es el propio paciente el que no desea recibir información acerca de la enfermedad.
Consecuencias para la familia
Cuando la familia decide no contarle a su familiar enfermo su diagnóstico y pronostico, se va desarrollando en ellos algo que se llama: “Síndrome de la botella de champán”, durante todo este tiempo las emociones se han estado conteniendo a través de la conspiración del silencio, pero ante la aparición de cualquier cambio en la salud o ante el fallecimiento del enfermo, estas emociones explotan con gran energía, dificultando posteriormente el trabajo de duelo de los familiares, provocando también sentimientos de culpa difíciles de sanar.
Consecuencias para el paciente
Si al paciente no se le dice su diagnóstico y pronóstico, le privan el derecho de realizar todas aquellas cosas que facilitan la despedida, como el arreglar sus asuntos personales, al final de la vida indiscutiblemente volteamos hacia atrás en lo que se ha hecho en la vida y buscas la manera de reconciliarte con las personas con las que tuviste situaciones de vida como los rencores, las rencillas, y es cuando las personas se aligeran de peso,
Así mismo le niegan al paciente el elaborar su voluntad anticipada y me preguntaras ¿qué es eso?
La voluntad anticipada son las preferencias que una persona desea relativo al cuidado futuro de su salud, de su cuerpo y de su vida, y que decide cuando está en pleno uso todavía de sus facultades mentales, anticipándose a la posibilidad de que llegue a encontrarse imposibilitada para tomar decisiones por sí misma, como por ejemplo en un coma, o en un sufrimiento terrible.
Sin embargo, es recomendable que el paciente sepa su diagnóstico y pronostico, ya que se le puede ayudar a vivir su duelo anticipado y a trascender en plenitud y paz.
¿Acaso no les gustaría que, si este es su caso, su familiar trascienda en amor y en armonía consigo misma y con la vida?
¿De qué manera pueden hacerlo? Buscando la consejería tanatológica, tanto para la familia como para el paciente.
Tanatóloga
Xóchitl Moreno Uscanga