Desde la primera infancia el niño experimenta sensaciones placenteras al tocarse, al ser acariciado y besado, y observa las expresiones de afecto y las actitudes sexuales de los adultos que le rodean, que en ocasiones trata de imitar. Durante el periodo prepuberal se establece la identidad sexual y el niño continúa recogiendo información sobre la sexualidad a partir de los amigos, los maestros y la familia. En esta etapa el niño puede desarrollar una actitud negativa hacia la sexualidad si descubre que los adultos evitan hablar de las partes de su cuerpo relacionadas con la sexualidad, las describen con eufemismos o rechazan cualquier tipo de conducta relacionada con el sexo, incluidas las que el niño puede manifestar espontáneamente, como la erección.
Al iniciarse la pubertad aumenta la preocupación por la sexualidad. En la primera etapa de la adolescencia es frecuente la masturbación y las fantasías sexuales, en ocasiones con compañeros del mismo sexo, motivando dudas sobre la orientación sexual, con ansiedad y sentimientos de culpa. La masturbación es más frecuente en los chicos que en las chicas. Generalmente está motivada por la curiosidad y el deseo de disfrutar un placer intenso. Más adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o de tensiones.
En la adolescencia media suelen producirse los primeros contactos físicos (intercambios de besos y caricias) como una forma de exploración y aventura y en la adolescencia tardía habitualmente se inician las relaciones sexuales que incluyen el coito. A diferencia del adulto, la actividad sexual del adolescente suele ser esporádica, con periodos prolongados durante los cuales el adolescente permanece en abstinencia. Muchos adolescentes mantienen lo que se denomina una «monogamia seriada», con enamoramientos intensos y apasionados, pero de duración más corta que la del adulto. Son más frecuentes las disfunciones sexuales, que pueden guardar relación con: temor al embarazo, a ser descubiertos, conflictos de conciencia o actuar bajo presión de la pareja. También influyen las condiciones en que muchos adolescentes mantienen relaciones sexuales, de forma incómoda y rápida.1
Sin embargo, el desconocimiento, la falta de información ha hecho que los adolescentes tengan relaciones sexuales sin tener las precauciones necesarias para evitar un embarazo o una enfermedad de transmisión sexual. Estudios realizados por el Grupo de Información de Reproducción Elegida (GIRE) presenta cifras en la que se destaca que una de cada dos adolescentes de 12 a 19 años que inicia su vida sexual se embaraza, dos de cada 10 de entre 15 y 19 años lo han hecho en más de una ocasión, y un 40% de los casos no son planeados ni deseados. Asimismo, por cada mil mujeres de 15 a 19 años, existen 77 embarazos. 15 de cada 100 hombres adolescentes que tienen vida sexual no utilizaron ningún anticonceptivo en su primera relación sexual
Del total de nacimientos en el país 17% corresponde a adolescentes de 10 a 19 años. Una de cada 10 muertes maternas en el país corresponde a adolescentes de 10 a 18 años. 2
¿Cómo prevenir un embarazo en adolescentes?
1.- Prevenir y Atender la Violencia Sexual.- Promoviendo una cutura de igualdad de género que condene todas las formas de violencia hacia niñas y adolescentes
2.- Impartir Educación Sexual.- Es importante que en las escuelas se le proporcionen los conocimiento de sexualidad a las y los niños y adolescentes
3.- Promover la Escuela para padres.- Recuerden que todo empieza desde casa y el darle la importancia que realmente tiene la Escuela para padres es un gran paso ya que nadie nace siéndolo, en esos talleres se les explica de que forma se le puede hablar a los niños y adolescentes de las relaciones sexuales y los riesgos que conlleva.
Por supuesto cada niño o niña y adolescentes toma sus propias decisiones en un determinado punto de la vida pero es importante que sepan que un embarazo a edad temprana o una enfermedad de transmisión sexual truncaría su vida para siempre, lo que puede conllevar a un estado de tristeza o depresión de la que sería muy difícil salir, arrastrando a la familia con ello.
Mi mejor consejo a ti niño o niña y adolescente….piensa en ¿Qué quieres para tu futuro? Si decides tener una relación sexual, protegete, no te cuesta nada y si te va ayudar mucho. Si tienes dudas acércate a las asociaciones y movimientos sociales para despejarlas o mejor aún, confía en tu familia o maestros.
FUENTE: gob.mx, Inegi