A veces utilizamos estos términos como sinónimos, pero son cosas diferentes.
El dolor es natural y necesario para vivir y seguir aprendiendo, el dolor es silencioso, profundo sobre todo cuando has sufrido de alguna pérdida, es saludable vivirlo sin evitarlo porque es parte del proceso de la vida, de fluir, de crecer, de madurar. Si integramos lo que nos causa dolor, estamos diciendo SÍ a la vida con lo que trae, con aceptación, podemos seguir adelante y la experiencia por muy difícil que sea, nos enseña y vamos obteniendo sabiduría en la vida. Por tanto, el dolor está presente en nuestra vida lo queramos o no.
En el caso del sufrimiento ¿Es realmente algo que podemos elegir? La palabra sufrir viene del verbo “sufferre” . “Ferre” quiere decir algo así como: llevar o soportar.
El sufrimiento esta creado y mantenido por nuestros hábitos mentales y puede durar indefinidamente, con él nos aferramos, luchamos, nos apegamos y le decimos NO a la vida, a la pérdida, al cambio, y en ese camino nos agotamos, nos enfermamos, y nos deprimimos.
En el budismo, la razón del sufrimiento es una mera cuestión mental, según palabras del propio Buda, escritas en el texto budista Dhammapada, dice: «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional», de igual forma, «Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente1.
Si estamos en el sufrimiento no estamos en el aquí y en el ahora, no seguimos a la vida, seguimos instalados en la lucha, en la no aceptación de lo que sucedió, en la excusa de lo que me ha ocurrido, para boicotearme y no ser feliz. Nos estancamos, no aprendemos, y no fluimos con la vida y lo que sucede en el exterior, nos encerramos en nosotros mismos. El sufrimiento está lleno de diálogo mental perjudicial contra uno mismo y los demás, está lleno de juicios, de rencor, de reproches, de esfuerzo por querer cambiar lo que fue, la que esta llorando a mares es el niño o la niña herida que no acepta lo que pasó.
En el caso del sufrimiento, hay beneficios ocultos que son convenientes destapar para poder aprender a hacer algo diferente y son los siguientes:
- No responsabilizarme de mi dolor.
- No aceptar la situación que me produce dolor. ¿Por qué a mí?
- Ser víctima y manipular a mi entorno a mi antojo.
- Atraer al “público” para llamar la atención y sentirme querido.
Al no lograr en nuestro interior la aceptación de lo que sea que nos haya sucedido no estamos entendiendo la vida queridos amigos.
El problema no es que te duelan las cosas, el problema es que ese dolor permanezca demasiado tiempo.
Recuerden que venimos a esta gran escuela llamada planeta tierra a aprender de las experiencias para ir evolucionando, todo lo que nos pasa bueno o malo cuando la integramos en uno mismo observando que las situaciones en la vida asi se presentaron y que si hay algo que hacer se hace y si no, como en el caso de las perdidas lo mejor es llevar un proceso de aceptación y comprensión a través de un terapeuta que te pueda ayudar, tomándote tu tiempo, lo que nos llevara a aprender de la experiencia, por el contrario si no comprendemos estos procesos nos quedamos en el dolor permanente que se convierte en sufrimiento.
Todos en esta vida somos alumnos y maestros al mismo tiempo, las personas que llegan a nosotros lo hacen para enseñarnos tal vez a ser mas pacientes, mas amables y tener en control nuestras emociones y viceversa, tal vez seas tu quien le enseñe a otros algo.
Permíteme contarte un cuento para ilustrarte mejor la
REFLEXION DE UN CUENTO ZEN
Como dice un cuento Zen, vaciar la taza para que se pueda llenar de cosas nuevas:
“Gran Maestro –dijo el discípulo, he venido muy lejos para aprender de ti. Durante años he estudiado con los mejores maestros del mundo, y todos han dejado mucha sabiduría en mí. Ahora creo que eres el único que puede complacer mi búsqueda y enseñarme lo que me falta.
El sabio le dijo al discípulo que tendría mucho gusto en enseñarle lo que le faltaba pero que antes se tomasen una taza de té.
El Maestro tomó unas tazas y una tetera y le empezó a servir té al alumno, siguió hablando y le fue vertiendo té y más té en la taza, hasta que se fue cayendo el té sobre el plato y en el suelo.
El alumno le dijo: Maestro, maestro, no entiendo, ya no cabe más té, deje de echar té en mi taza. ¿No ve que ya está llena?
Y entonces el Maestro le dijo al discípulo:
Hasta que no seas capaz de vaciar tu taza, no podrás poner más té en ella.”
Nos aferramos a la idea de la permanencia y de la dependencia… “Sin él no puedo vivir”…”Juntos para siempre”, “yo solo no puedo”.
Queremos controlar el destino, la vida, lo que poseemos, y resulta una tarea imposible. Nos falta la aceptación del cambio, de lo dinámico de la vida.
FUENTE: 1www.wikipedia